lunes, 11 de febrero de 2013

¡Únete!

Porque soy de esas personas que piensan que los locos son los únicos capaces de cambiar el mundo. Me asusté cuando oí aquello que decían "sin locura, no hay aventura", pero hoy lo tengo más que comprobado. Vivir la vida improvisando, reír en vez de llorar, levantarme y pegar el salto más grande del mundo después de haber caído al vacío, sentir cosas casi imposibles, demostrar sin palabras que les quiero y soñar siempre que puedo, son algunas de mis aficiones. Aprendí a decir que no, a ser yo misma y a saber perder, pero lo que nunca logré es entender porqué algunos viven en la tristeza y no en la alegría, sufren en vez de disfrutar, se lamentan en vez de aprender de sus errores; ¡qué sonrían! Es el mayor regalo que pueden hacerse.
Nadie eligió ser como es, pero sí podemos elegir qué cambiar para ser mejores. "Sin igualdad no hay justicia", me dijeron, y llevaban toda la razón. Vivimos en un mundo cambiante, hoy aquí, mañana allí, ¿y pasado? Igual es que no hay pasado. Esta es una de las razones por las que tenemos que disfrutar de cada momento, de cada persona sin pensar en el mañana. Pasa el tiempo y te vas dando cuenta de las cosas, surgen problemas, problemas que no deben ser obstáculos sino una forma de demostrar que somos fuertes si los superamos. ¿Y qué me decís de los amigos? Cada uno tiene los suyos, pero siempre son especiales. Algunos llevan ahí toda la vida, y otros acaban de aparecer, pero todos (por suerte) son igual de importantes. No es cuestión de tener mejores amigos, sino amigos de verdad, amigos de esos que con solo mirarte saben como estás. No hay muchos, y es fácil perderlos, sólo tienes que aprender a conservarlos.

Y recuerda, nunca des todo por alguien que no daría nada por ti, el tiempo pasa rápido y no está para perderlo.


Comienza a disfrutar..