sábado, 19 de enero de 2013

Porque los finales de las princesas siempre son felices.


Y todas terminan sonriendo, claro.

La curiosidad mató al gato

Todos, y sí, he dicho todos, sentimos cosas. ¿Qué cosas? Podría responder y mentiría, porque no lo sé. Solo tú sabes lo que sientes en cada momento, o no (claro), y es ahí donde empiezan las complicaciones.
Cada día es único, y aunque a veces pensemos que la vida es una rutina que nunca termina, nos equivocamos. ¿Podrías decirme que has comido lo mismo tres días seguidos? Puede ser. Pero.. ¿podrías decirme que has sentido lo mismo durante dos minutos seguidos? Lo dudo. ¡Maldita palabra, (¡qué sí, que me refiero a "sentimientos"!). No es que me resulte difícil leerla o escribirla, o saber el número de letras que tiene (que no los he contado, ¡eh!), pero JAMÁS llegaré a entenderla. Mmmmm, lo confieso, no sé qué seguir escribiendo, y puestos a ser sinceros, tampoco sé porqué he empezado a escribir. ¡Ah!, tengo una duda, ¿por qué la mayoría de nosotros se pone a pesar y a reflexionar en soledad y sobretodo en días que no han sido muy buenos a altas horas de la noche? Somos demasiado cobardes. ¿Por qué compartir las sonrisas y no las lágrimas? ¿Por qué decir que todo va bien cuando no es cierto? ¿Por qué sufrir tanto sin compartir nuestras emociones? ¿Por qué pensar y no actuar? Si alguien puede responder que lo haga, yo ya lo he intentado y no es que sea fácil...