miércoles, 4 de julio de 2012

Por ser diferente.

Cuando menos te lo esperas, te das cuenta de que aquella frase que tanto oías, es verdad: "cuando quieres mucho a alguien, todo lo demás te da igual", decían. Y tú, que entonces no le habías conocido, ignoraste por completo aquello que hoy has comprobado.
Es una sensación un tanto extraña la que se siente cuando de verdad quieres a alguien, es algo verdaderamente difícil de explicar. Sin querer, se te escapa una sonrisa cuando te mira o te entra un cosquilleo cuando te besa, poco a poco se ha ido convirtiendo el alguien especial y diferente para ti.
Te gusta como es, con sus defectos y virtudes, no te importa lo que la gente piense de él porque con solo mirarle sabes que lo vas a tener ahí siempre, para todo, aunque las cosas cambien.
Desde aquel día no puedes dejar de sonreír, darías lo que fuera por un abrazo suyo, "aunque solo una fuera", como dice la canción.
No tienes nada más que decir, ahora eres suya, le tienes, le quieres, sois felices.

Esta va por ti, princesa.












SOBRAN LAS PALABRAS

Miradas que delatan, sonrisas que confirman.

Te levantas, es un día normal como otro cualquiera.
Solo algo ha cambiado, no puedes dejar de sonreir y deseas que esa sensación permanezca para siempre, te sientes tan agusto.. Ya no puedes decir "hoy me apetece ser feliz" porque, sin querer, ya lo eres, y solo hay una razón, su razón.
-Continuamente, se te escapan esas pequeñas sonrisas..
De repente te apetece apostar todo a una sola carta, LA SUYA. Tienes el valor suficiente para decirle esas dos palabras, sí, el "te" y el "quiero" y confías en lo que hoy por hoy no es nada, en lo que mañana será algo, y muy grande.
¡Qué razón lleva la canción cuando dice "dos en uno, y uno en dos" y cuanto sigue "se hizo grande la ilusión"!
-Continuamente, se te escapan esas pequeñas sonrisas..
Que lo único que quieres es empezar en día oyendo un "buenos días, princesa", y teminarlo con "buenas noches, princesa". Y sentir entre medias, sus brazos rodeándote, su mano haciendote un caricia, escuchar sus pequeños susurros, ver como te calla con un beso..
Continuamente, se te escapan esas pequeñas sonrisas.

Marcan la difencia.

En ocasiones, cuando el aire falta, cuando sentimos descomponer nuestros sueños, llegan a nuestras vidas recuerdos de instantes pasados, instantes que nos llenaron de luz, de sonrisas, pero que hoy tristemente nos afligen, nos dejamos invadir de pequeñas 
nostalgias y nos damos cuenta que en ocasiones dejamos pasar la vida por complicaciones o simplemente por orgullos, olvidamos que lo que nos hace valiosos es que somos diferentes, que lo que nos hace fuertes es que no somos perfectos, que la importancia de la vida no se basa en lo que dure si no en la intensidad con que la vivamos puesto que de esta no nos quedaran los cartones, ni los premios recibidos solo nos quedara lo aprendido, los sentimientos, los instantes que marcaron nuestra existencia, esos pequeños momentos que hicieron de nuestro mundo un sol gigantesco.

Tu sonrisa.

Si yo estoy débil o agobiada tu estás detrás de mí, te miro y me sonríes.
Cuando tengo un mal día corro a casa y llorando entro en mi habitación, tú estás dentro, te miro y me sonríes.
Otras veces antes de dormir te cuento cosas, te digo lo mucho que te quiero y tú no hablas únicamente te miro y me sonríes.
Yo haga lo que haga siempre que te miro me sonríes, por eso me gusta mirarte. Hay días que me paso largo tiempo mirando tu sonrisa para ver si se borra, pero nunca lo hace.
Cuando más lo necesito intento tocar tu rostro y cada vez que lo hago una fina lágrima cae y ensucia el cristal de tu marco, entonces cojo tu foto, la dejo en mi cómoda y me voy, porque sé que así cuando vuelva a entrar, tú estarás ahí, te miraré y me sonreirás...
- Para mi esa sonrisa es mi mejor recuerdo

martes, 3 de julio de 2012

Si le echas de menos, le quisiste.

Sobran las palabras.

Quizá soledad sea la palabra.

Parecía un día más, uno de esos días de verano en los que las preocupaciones desaparecen. Miras a tu alrededor y ya no están, algo pasa, no hay nada. ¿Qué ha pasado?, te preguntas. El silencio es tu respuesta. Sin decir nada, te lo dices todo. Te falta algo, algo muy grande, algo que ha dejado un vacío que ninguna otra cosa puede llenar. ¿Qué he hecho?, ¿qué ha cambiado?, te vuelves a preguntar. El silencio, que sigue siendo tu respuesta, ahora está acompañado por una pequeña lágrima, dulce, como la sonrisa que has dejado de esbozar. Algo pasa, lo sabes pero.. ¿qué será?
No pienses, te ordenas. Tal vez, ya sea tarde..